jueves, 14 de junio de 2012

Treinta años más tarde...

30 años atrás, un frío 14 de junio en Olavarría, Provincia de Buenos Aires,  en las instalaciones del RC TAN 2, el 2do jefe del Regimiento de Caballería Motorizado 202 reunía en una pequeña pieza de no más de 20 metros cuadrados a todos los oficiales de Reserva para comunicarnos oficialmente que nuestras tropas en Malvinas se habían rendido.

Hasta ese día nunca había visto a tantos hombres llorar desconsoladamente. El recuerdo de ese momento, aún vívido, me emociona y los ojos, traicioneros espejos de mis sentimientos, se nublan a pesar del esfuerzo en contrario.

Dos sentimientos profundos se fundieron para dejar tamaña huella en mi corazón. 

En primer lugar uno que reconozco como egoísta: la situación en la que me encontraba, producto de una decisión tomada dando prioridad a mis más profundas convicciones patrióticas y en contra de mis intereses y afectos personales, había finalizado sin consecuencias. Volvía casa, a mi mujer y mis hijos, incluyendo al que nacería pocos meses más tarde. También volvía a mi trabajo como “ejecutivo” de una empresa de primera línea, bien remunerado, a mi golf y a mis amigos.  Todos los que formábamos parte del RC MOT 202 retornábamos sin heridas a la normalidad. Desaparecía el fantasma del empeño personal en la guerra con la fortuna de no haber pasado por todas las miserias que acompañan al combatiente. Estábamos a salvo. 

En segundo lugar estaba el profundo dolor de la derrota, del fin de la esperanza de  ver cumplido ese sueño que durante años me inculcaron en el colegio y en la familia: “Las Malvinas son Argentinas”.

Ahora, muchos de nosotros, Oficiales de Reserva del Ejército Argentino convocados por voluntad propia, que tuvimos la oportunidad única de servir a la Patria, deberíamos pagar el precio de tamaña osadía. 

En cada aniversario de ese 14 de junio tengo la misma sensación de tristeza: los que participamos de esa aventura nunca hemos tenido la debida comprensión del costo anímico que afrontamos durante esas pocas semanas en las que estuvimos dispuestos a darlo todo por una parte de nuestro territorio que, lo más probable, nunca lleguemos a conocer. No fuimos en busca de reconocimientos pero creo que lo merecemos.   

A todos los que participaron, voluntariamente o no, de la gesta de Malvinas, va mi saludo.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola fui soldado de ese mismo regimiento , en el conflicto belico del 82. Soy exconvocado. Saludos atte.

Unknown dijo...

Hola, también fui soldado convocado en él 82, estaba en el grupo comando,tirador de MAG, Montes Lorenzo Raul. Y como jefe de regimiento estaba el mayor Marenco.

Unknown dijo...

Yo soy uno de ellos, soldado clase 61.convocado en el 82.ni gracias nos dijeron. Nuestro jefe era el teniente coronel Serrano. RM 202.Eduardo Cuniglio presente. Viva la patria.!!!!

José María Condomí Alcorta dijo...

A todos aquellos que participaron un fuerte abrazo y un ¡Viva la Patria!